martes, 4 de febrero de 2014

La importancia de la pedagogía en el deporte

La pedagogía es una ciencia que pertenece al campo de las Ciencias Sociales y Humanas y tiene como objeto el estudio de la educación. Su origen como actividad educativa se remonta a la Grecia clásica, aunque en la historia contemporánea, la pedagogía como ciencia se empieza a estudiar con personajes históricos como Rousseau, Pestalozzi o Herbart. Y es este último quien define un campo de estudio, un espacio de trabajo y un método de aplicación.

Para Herbart, la pedagogía depende de la Ética y la Psicología. La ética como medio para alcanzar la educación moral, y la psicología como método de acción, de este modo, el educador conoce el camino, los medios y los obstáculos para la adquisición de la finalidad educativa. Según esta explicación, la pedagogía no se podría definir como ciencia al depender de otras ciencias: Ética y psicología. No obstante, Herbart proporciona un campo propio de estudio y de acción a la pedagogía: La educación.

La Escuela Nueva, es una escuela que se renueva, cambia y se adapta a los nuevos tiempos y, en esa medida, se distingue de la escuela tradicional. Enmarcada entre 1889 hasta 1939, es un movimiento que influye en muchas iniciativas educativas como por ejemplo: La Institución Libre de Enseñanza (ILE), Los Centros de Interés de Decroly, el Plan Dalton, el Método de Proyectos de Killpatrick, las escuelas de Winnetka en Chicago, el Plan Jena de Petersen, el Método Freinet o el Método Montessori, son claros ejemplos de esta Escuela Nueva. A nivel Internacional, también destaca la Pedagogía de Lorenzo Milani, el método de alfabetización de P.Freire,

En resumen, la Pedagogía forma parte de las ciencias sociales cuyo objeto de estudio es la educación. Herbat fue quien definió un campo propio de estudio y de acción a la pedagogía, la educación y, recientemente, (Hace poco más de un siglo) se inició un movimiento llamado Escuela Nueva donde el aprendizaje proviene de la experiencia, convirtiendo al niño en el protagonista de la educación.

Ahora bien, ¿por qué no hacemos lo mismo con el fútbol? ¿Por qué seguimos pensando y trabajando tal como nuestros entrenadores hicieron con nosotros? Acaso es…. ¿Por falta de recursos?, ¿Por ignorancia? o ¿Por comodidad?.

En mi opinión, Herbart le da a la pedagogía un campo propio de estudio y de acción, la educación, pero esta se puede dar en cualquier ámbito de la vida y, por tanto, esta debiera ser atendida desde todos los ámbitos (Formales o no) donde el niño/a se desarrolle: En casa, en el colegio y, porque no, en el club de fútbol.

Seguro que cuando hablamos de educación, todos pensamos en el colegio o el instituto pero ¿Qué es la educación? ¿A caso la educación no es más que el proceso de transmisión de unos valores, unos ideales y una manera de hacer las cosas “correctamente”? Educamos a un niño/a cuando le enseñamos a hablar para que se comunique con su entorno, a leer para poder manejarse en el medio donde vive y a pensar para tomar las mejores decisiones que le convengan en cada momento. Entonces… ¿Por qué no enseñamos a los niños a “leer”, a “hablar” y a “pensar” en el terreno de juego? Y, sobre todo, ¿Por qué no educamos a los niños mientras aprenden a leer, hablar y a pensar en el terreno de juego?

Para alcanzar todas estas metas, necesitamos de un modelo pedagógico coherente, secuenciado y adaptado a las características propias de la edad de los niños de nuestros equipos de fútbol, pero sobre todo, para alcanzar estas metas necesitamos personas formadas y capacitadas para atender a estas necesidades y características individuales y evitar caer en el error de pensar en que por tener un título de Entrenador de Nivel 1, 2 o 3 se está capacitado para trabajar con niños en la etapa de formación porque, una vez más, hay que tener en cuenta que el fútbol con 6 años no es lo mismo que el fútbol con 12 años,  ni el futbol con 16 años.

Antonio Egea Bernat
Licenciado en Pedagogía por la UIB
Director-Gerente en Pedagosport y Entrenador de fútbol base




miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Negocias o no negocias?

Solemos creer que negociar es algo reservado a las grandes estrellas o personajes relevantes: Negocian sus contratos los grandes futbolistas, los altos directivos. Negocia el gobierno con sindicatos y patronal…
Quienes vivimos lejos del nivel de las altas esferas, acostumbramos a ver esto de la negociación como algo propio de las grandes ocasiones o grandes proyectos, aquello que se produce una vez cada tres o cuatro años. Negocio el precio del piso que voy a comprar o alquilar, negocio con mi jefe una subida de sueldo o modificación sustancial de condiciones laborales…
Pues bien, negociamos más de lo que pensamos: Cuando regateamos un precio en un mercadillo, estamos negociando, cuando decidimos con nuestra pareja a qué restaurante vamos o qué haremos el fin de semana, estamos negociando, cuando en la oficina tratamos con un compañero o colaborador la forma de distribuir un trabajo también negociamos. Mejor o peor, mas inconsciente que  conscientemente, pero negociamos.
La procedencia de la palabra en cuestión, es clara: Negocio. Yo aporto algo que a ti te interesa a cambio de tu dinero u otro aspecto que a mí me interese. Si el intercambio es positivo para ambos, adelante; si no, pues nada. Y entre medio, todo un abanico de posibilidades…
Precisamente, la negociación sobrevuela ese abanico de opciones intermedias. En definitiva, se trata de gestionar con habilidad aquellas situaciones cuyo resultado no depende únicamente de lo que tú decidas, sino también de lo que decida la otra persona, la cual a su vez depende de ti para obtener lo que ella quiere. Esto lo encontramos a menudo en nuestro día a día, y es preciso, como mínimo no dejarlo al azar, ya que buena parte de lo que nos sucede depende de estos procesos.
El profesor Alfred Font describe a la perfección este proceso en el libro “Negociar con Arte”. Una obra eminentemente práctica, de lectura fácil y agradable, que nos abre los ojos y nos sumerge en este mundo que creíamos lejano pero que lo tenemos muy cerca.
Y el entrenador deportivo, ¿también negocia en el día a día? ¿O es una labor reservada para los grandes entrenadores de primera cuando sus representantes discuten acerca de sus honorarios, duración de contrato o cuantía del despido?
Negociamos cuando acordamos la hora de un partido, cuando hablamos tratando de influir a un árbitro, cuando resolvemos un conflicto interno entre nuestros jugadores, cuando sancionamos con carácter reeducativo, cuando  brindamos más minutos de banquillo a quién  no aporta el esfuerzo que deseamos, modificando interactivamente la intensidad del “castigo” en base a un cambio de comportamiento…
Imagina que hoy necesitas prolongar el entrenamiento diez minutos más. Es casi la hora y el conserje está en la puerta “loco” por cerrar la instalación y marcharse a su casa a descansar. Te acercas a él y le comentas que…
[…]
En esa situación, ¿Estás negociando?
Merece la pena asomarse a este mundo, que forma parte y a su vez se relaciona con todo lo referente a las habilidades básicas de dirección de equipos. Aspectos que es mejor no dejar al azar o a la improvisación. El conocimiento de las variables básicas que rigen en el proceso de negociación, las técnicas más eficientes y la siempre imprescindible práctica y experiencia, te llevarán a dar un salto de calidad en tus habilidades como líder del equipo.
Y digo líder, ojo, que no es lo mismo que jefe o, en este caso, entrenador. Pero de esto hablaremos otro día…